¿Por qué el dolor puede causar placer?
Relación entre dolor y placer
Científicamente, la línea que separa dolor y placer es muy pequeña. Ambas sensaciones, primariamente físicas y que son muy intensas, activan el mismo circuito cerebral y liberan dopamina.
Un dolor que se siente como recompensa, se interpreta como tal. Uno de los casos más comunes, está entre quienes realizan deportes muy exigentes para el cuerpo y, se sobreponen al dolor con el placer que provoca el triunfo o llegar a la meta.
El placer del dolor viene de la experiencia emocional que provoca y no de la física: un dolor poco o medianamente intenso, puede ser interpretado como una señal de placer. El sentir que el dolor disminuye o que podemos tolerarnos, genera bienestar y, un dolor que se puede manejar, puede convertirse en parte del juego sexual.
Sadomasoquismo: dolor y placer combinados en el sexo
Quienes gustan de participar en prácticas de sadomasoquismo, tiene un umbral de dolor mucho más alto y, la idea de sentir un dolor que para ellos es leve y, el alivio de este mediante la acción cerebral, provoca una reacción que se traduce como placer sexual.
Cuando el dolor, causado por otra persona o auto infringido, siempre consentido, es considerado como beneficioso, se redistribuye a las zonas especificas donde suele concentrarse el placer.