La palabra de seguridad
La palabra de seguridad (safe word) es una palabra negociada por los participantes en una escena de BDSM para detenerla si se exceden los limites del sumiso.
Permiten a éste retirar su consenso para la continuación de la escena. Continuarla después de que el sumiso usó la palabra de seguridad se considera abuso (como seguir teniendo sexo después de que su pareja pida detener es considerado violación).
A veces se usa una palabra específica (por ejemplo “piedad”) o un código de colores (verde, “todo bien”, amarillo “estoy cerca de límite” y rojo “PARAR”).
La palabra de seguridad debe ser fácil de recordar y de pronunciar.
Si el sumiso va a ser amordazado, se puede usar alguna otra señal, como tirar al suelo algo que tenga en sus manos o hacer sonar una campana (que desde luego, debe tener en sus manos o estar atada a ellas).
La palabra de seguridad es obligatoria al comienzo de una relación, o cuando el sumiso empieza a experimentar con BDSM. Le da la tranquilidad de saber que, si no está disfrutando del juego (tal vez por sobreestimar su límite, o por un error en la negociación), puede detenerlo.
Decir la palabra de seguridad es un recurso extremo, que no debería usarse a menudo. Usarla significa que algo salió mal.
El sumiso no debería usarla por razones triviales (se supone que negoció la escena antes, acordando los límites y dando su consentimiento a la escena en general) y que el dominante debe estar atento al lenguaje corporal del sumiso y advertir los signos de que se están alcanzando los límites y de que algo no está bien. Pero debe ser usada si es necesario.
El dominante no puede leer mentes, y puede estar demasiado excitado para notar las señales. Algunos sumisos con experiencia tienen miedo de usarla, porque sienten que le están fallando al dominante al no ser capaces de recibir lo que el otro le da.
Pero solo es válida si hay algún problema, si me estoy mareando, si un nudo se deslizó y me está estrangulando, si la posición es peligrosa, si algo me está lastimando realmente.
No es válida si la uso sólo porque no puedo soportar el dolor. Si la uso por eso, no sólo el dominante puede continuar con el castigo, sino que puede agregar más, para quitarme las ganas de usarla para conseguir un respiro.
Una última recomendación: la palabra de seguridad es para tranquilidad del sumiso, no del dominante. Hay condiciones, cuando el sumiso está en el sub-espacio, (en trance) o bajo mucho dolor en que no es capaz de pensar, mucho menos de decir la palabra. Si está con una intoxicación de endorfinas (opiáceos naturales producidos por el cuerpo cuando sufre), puede no ser capaz de estimar correctamente el peligro. Es responsabilidad del dominante no dejarse llevar por la escena.
El dominante nunca puede perder el control. Es responsabilidad del dominante estar atento al estado del sumiso, evitando dañarlo. No es excusa para el dominante decir “no has dicho la palabra de seguridad” o “ no advertí que algo andaba mal”. Cuando alguien confía lo bastante en Ud. para entregarse a su dominio, tiene Ud. un gran honor, pero también una gran responsabilidad. No traicione a su sumiso.