¿Qué significa ser
El sadomasoquismo (acrónimo de los términos sadismo y masoquismo) se basa en encontrar placer en las conductas más aberrantes y transgresivas, como aquellas que implican dolor físico, humillación o malos tratos. Esto provoca en aquel que disfruta de estas prácticas un éxtasis exacerbado y un placer sexual intenso. Es notable cómo la mayoría de los pacientes sadomasoquistas revelan la dificultad de realizar el coito, ya que con esta conducta sustituyen simbólicamente el sexo y, a través de la masturbación, logran sucumbir ante el placer.
Sadomasoquismo: la inconformidad del sexo
Qué es lo que se oculta detrás del placer por la ropa de cuero, los látigos y el dolor. Acá te contamos de qué se trata y cuáles su origen. ¿Lo probaste alguna vez?
Algo es cierto: en el sexo los únicos límites son los de la imaginación, pero esta práctica rompe con todas las teorías y hace tablas con la perversión y la demencia. Transformando al dominador en un demonio medieval y al dominado en un esclavo de la época napoleónica.
El masoquismo se define como la obtención de goce sexual que obtiene un individuo al ser golpeado, dañado o humillado físicamente. Por el contrario, el sadismo surge de aquellos que obtienen placer a través de infligir sufrimiento tanto físico como psíquico. En este último, se puede elegir como pareja a personas que consientan el dolor (masoquistas) o atacar a personas que no consientan estas actividades, aunque se comenzaría a hablar de violación o estupro. El extremo del sadismo lo componen aquellos individuos que asesinan para obtener placer, donde por lo general, la víctima termina mutilada.
El repertorio con el que cuenta un sádico es bastante amplio. Sujeción con todo tipo de ligaduras, semiestrangulación, tratamiento agresivo de los genitales y pechos mediante pinzas o tenazas, pisoteo del cuerpo, golpes o latigazos, empleo forzado de consoladores de excesivo tamaño o de superficies erizadas de púas, etcétera. Y para su caracterización, se han creado los más diversos artilugios, que van desde un antifaz hasta una picana. La mayoría de los instrumentos de tortura y dominación que se emplean hoy, surgieron en los tiempos de la Inquisición, cuando en el siglo XVI, el Tribunal Eclesiástico castigaba a los herejes.
El acto sadomasoquista se llama disciplina; el ejecutante, amo y la víctima, esclavo. De este modo, se entiende que la asfixia y los latigazos son las disciplinas más frecuentes, pedidas y excitantes para ambas partes. Un poco más hard es apagar el cigarrillo en las partes erógenas o la ruleta rusa, aunque el amo sepa que el arma siempre ha estado descargada. El hielo, el agua fría, las vendas y las gillettes son parte del sado soft. En las disciplinas más intensas, muy pocas veces se llega a la penetración, mientras que en las "tranquilas", la penetración es la base de todo. Por su parte, el uso de ropa oscura en el amo y de todo aquello que sea metal y cuero, juegan un papel importante en el momento del acto. El dominio es tanto físico como visual, por lo que el esclavo, en esa diferencia de imágenes, goza delegando toda su soberanía.